viernes, 11 de diciembre de 2009

Nos faltan ojos

Vivimos en un mundo donde el control social está a la orden del día. Pero no nos engañemos: esto no es una novedad. Históricamente, el poder se ha organizado para tener controlada la población, si bien es cierto que el sistema usado para conseguirlo ha ido variando. Antes que todas estas cámaras de seguridad nos acecharan en espacios públicos y privados, ya existía la policia, surgida como mecanismo para mantener el orden público, aunque también pueda servir para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Con el mismo argumento, los ayuntamientos de nuestras ciudades ocultan en las calles centenares de pequeñas cámaras por las que pasamos decenas de veces al día, la mayoría de ellas sin advertirlo. No puedo continuar tratando este tema de las cámaras sin mencionar el cinismo que mostró el Ayuntamiento de Barcelona al instalar la primera cámara de videovigilancia en la Plaza de George Orwell de la ciudad condal.


No dudo que las cámaras de seguridad cumplen con esta función en algunas ocasiones puesto que, por ejemplo, si se produce un robo y la cámara lo capta, será mucho más sencillo identificar a los ladrones. Pero éste no debería ser argumento suficiente para que las cámaras nos acechen como lo hacen, y más si tenemos en cuenta que muchas de ellas son ilegales o, directamente, inseguras. ¿Realmente alguien cree que se empezaron a instalar por nuestra seguridad? Alguien que haya leído 1984, esa magnífica novela de George Orwell no puede dejar de pensar que no es tan ficcional como pudiera parecer visto lo visto.

Lo grave del asunto es que parecemos inmunes a esta vigilancia extrema. A nadie le asusta que el experimento sociológico que quizás fue en su día Gran Hermano se haya podido convertir en realidad. Son pocos los que protestan contra este control social y esta violación de la intimidad que impone el Estado. Tampoco son demasiados los que sospechan de las nuevas tecnologías. ¿Acaso las redes sociales que existen en Internet no pueden ser una trampa y convertirse en redes de control social sin que apenas nos demos cuenta? ¿No introducimos datos personales en lugares como Facebook que informan detalladamente sobre quiénes somos o dónde nos encontramos?


La obsesión por la seguridad puede convertirse en algo altamente peligroso. Y más, en una población sumisa o ignorante de esos mecanismos de control ¿Qué más puede pedir el Estado? ¡Nos tienen vigilados y ni nos quejamos!


P.S. Puede ser peor. En Reino Unido se han empezado a instalar cámaras en las casas de familias conflictivas. Y para colmo, les faltan ojos...

P.S.2. Pongámosle un poquito de humor de la mano de Polonia en su particular recreación de El Show de Truman.


http://www.youtube.com/watch?v=6FEsYbp-eSw&feature=fvw




Por Andrea Pelayo Herrera

1 comentario:

  1. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    TE SIGO TU BLOG




    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...


    AFECTUOSAMENTE
    EL RINCON MILENARIO


    DESEANDOOS UNAS FIESTAS ENTRAÑABLES DE NAVIDAD 2009 ESPERO OS AGRADE EL POST POETIZADO DE CREPUSCULO.

    José
    ramón...

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