jueves, 31 de diciembre de 2009

Balance del seminario

José María Perceval, ese hombre que no necesita demasiadas presentaciones en nuestra facultad. Entras en primero y de repente... Perceval. Sí, aquel señor de andares saltarines, ojos pequeñitos, gafas y bigote. Sí, porque ahora lo luce aunque, por lo que se encuentra en Google (impactante), no siempre ha sido así.


Pero más que su aspecto físico, a José María Perceval se le reconoce por sus clases. Sí. Con ella se ha ganado la fama de ser el profesor que todos quieren encontrar al entrar en la Universidad. Ya sabéis, el típico profesor enrollado que ni sufre por las fechas de entrega ni exige unos trabajos infumables llenos de paja que acaben con los árboles de medio planeta. Perceval persigue que se aprenda en sus clases. O que se intente, que se escuche. Y quien no quiera, que no vaya. ¿Para qué?

Perceval no tiene manías. Prefiere ver sus clases de ojos expectantes y por ello se trabaja y prepara cada lección intentando sorprender, ser original. Suele conseguirlo. Busca nuevos métodos, cosa que agradece la gran mayoría de los alumnos ya que 15 años del mismo sistema educativo pueden aburrir a cualquiera, por extraño que parezca (perdonad, acabo de ironizar en honor a Perceval, muy dado en este arte).

De repente... este profesor atípico te habla de moriscos, de sus amigos los americanos o de violencia, como es el caso de este seminario que la relaciona con el best seller del 2009.

Reconozco mi falta de fe, ya en cuarto año de carrera, en la novedad. Sin embargo, este seminario ha conseguido ser novedoso, trascender más allá de la lectura de un libro muy vendido, muy leído y poco profundizado. Perceval ha sido bastante más sutil que todo eso: o es que si leyéramos ahora Millennium veríamos a la misma Lisbeth? ¿Acaso ahora no sería un poco más Langstrump?

Perceval vuelve años después para hacernos pensar, cosa que parece también una novedad en la Univerdad (y tristemente esta vez no soy irónica), mediante sus powerpoints y su lenguaje sarcástico, siempre lleno de referencias a hechos de actualidad que puedan ayudarnos a comprender lo que está sucediendo en realidad.


Ya lo ven, esto debería ser un balance de seminario y sin embargo se ha convertido en un análisis de una figura, la de José María Perceval y sus métodos para formar alumnos críticos. Pero es que alguien duda de que, con otro profesor, este seminario hubiese sido completamente diferente? Sucede lo mismo con Millennium. Acaso alguien lo hubiera leído con tanto entusiasmo sin la carismática, controvertida y rara Lisbeth?


Por Andrea Pelayo Herrera.

1 comentario:

  1. potser sembla mentida que existeixin persones a la universitat que encara tenen el desig i la il·lusió d'ensenyar i aprendre. Però és real. I s'agraeix.

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