domingo, 6 de diciembre de 2009

Perfiles: Plague, un tipo poco corriente


Casi no sale de casa, se alimenta de comida basura, goza de un peso considerable (está muy gordo vaya…), vive en una especie de agujero casi sin respiración, en unas condiciones que, cualquier persona mínimamente normal, encontraría inhumanas. ¿Adivináis quién es?





No… podría ser él, pero no estamos hablando de Los Simpson, estamos hablando de Millennium, y de Plague concretamente.

Plague es difícil de definir en la saga de Stieg Larsson. Su personaje no es, ni mucho menos, de los más importantes. Sin embargo, aparece en los tres libros aunque sea mínimamente. Lisbeth lo describe como un tipo raro, pero que siempre está ahí, aunque siempre te pide algo a cambio. Se nos presenta como un ser asocial y un hacha en lo que se refiere a temas informáticos. Es un hacker más de la red de la que Lisbeth también forma parte.

A lo largo de la historia, Salander le pide varios favores a Plague. Favores que, claro está, soluciona por la red, puesto que nunca sale de casa, incluso pide la comida (Fast food, cómo no) por teléfono o por Internet para que se la traigan a casa. Vive en una especia de zulo, una pocilga que debe de hacer años que nadie limpia. Plague es un personaje que me llama la atención porque da una imagen de los hackers un poco estereotipada. Ser hacker no implica, necesariamente, estar en mala forma física (por decirlo de manera fina) y ser un asocial. O al revés, el caso de Salander, vestir de forma extravagante y estar extremadamente delgada. No obstante, no es la primera vez que se nos describe a este colectivo destacando algún rasgo físico que le hace ser o parecer diferente y rechazado por la sociedad. Millennium tiene muchas cosas innovadoras, pero cae en algunos estereotipos demasiado típicos en muchas otras novelas y películas.

Por Cristina Valenzuela Martín

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