viernes, 8 de enero de 2010

Perfil de Lisbeth Salander: Ojo por ojo, diente por diente

Wasp.

El pseudónimo de Lisbeth en el mundo informático es el que mejor la describe. Avispa, eso es lo que significa wasp en inglés, según el Diccionario esencial de la lengua española es un insecto himenóptero (más abajo veremos lo que significa), de un centímetro a centímetro y medio de largo, de color amarillo con fajas negras, y el cual tiene en la extremidad posterior del cuerpo un aguijón con que pica, introduciendo una sustancia tóxica que causa escozor e inflamación. Vive en sociedad y, con sus compañeras, fabrica panales. En una primera lectura, y para una persona que no haya leído Millennium ni tenga conocimiento de que exista un personaje de ficción femenino de tales características, esta definición no tendría ningún sentido en un blog en el que se habla de la trilogía y, concretamente en esta entrada, de uno de los personajes. Pero si vamos más allá, si realizamos una segunda lectura de la definición tomando como referencia a Lisbeth, vemos que no es tan descabellado. Y más si paramos atención en la segunda parte de la definición, la palabra himenóptero. Según el mismo diccionario, se dice de los insectos con metamorfosis complicadas, como las abejas y las avispas, que son masticadoras y lamedoras a la vez por estar su boca provista de mandíbulas y, además, de una especie de lengüeta.

Es cierto que quizás hoy tengo uno de esos días en los que veo cosas donde no las hay. Pero antes de ponerme a escribir hoy no tenía idea alguna de cómo describir a un personaje tan complejo como es Lisbeth Salander, pero, por algún motivo al abrir el primer libro he visto escrita la palabra "wasp" y eso me ha llevado a esta idea. Lisbeth es uno de esos personajes que asombran por su humanidad. No hace falta que sean perfectos, ni guapos, ni populares, ni que tengan esa inteligencia que parece que haya sido cultivada en la universidad; son guapos, inteligentes y perfectos a su manera y en su mundo, creados por las circunstancias que les han rodeado y les rodean. Lisbeth Salander no pretende encajar ni se pasa el día poniendo buena cara, al contrario, es otro tipo de heroína a la que estamos acostumbrados: tiene piercings en la ceja, la lengua, la nariz, el ombligo y las orejas, así como varios tatuajes, de los cuales los más llamativos son un gran dragón que cruza su espalda y una avispa en el cuello. Es una fumadora empedernida y de tendencias bisexuales. Es un personaje único que parece que tenga vida propia y por eso me resulta tan difícil describir.
Por Lluïsa Oller

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